Mar de Ilusiones. Piel que a pesar de no ser inmaculada, jamás ha sido explorada. Piel mil veces deseada y pocas, amada.

En aquella noche quise creer que lo hacía sólo por sexo, pero tu sublime mirada superó a tu cuerpo. Y lamenté haberte conocido ebrio. Así fue que una nocturna promesa inundó nuestro aliento.

Regresé a cumplir mi palabra como un hombre auténtico. Porque si mi novia te pedí que fueras, no fue con la pretensión de toda una existencia. Y la sinceridad que de tus labios brotó en aquel relámpago, es mayormente valuada que un “siempre” de cualquier doncella quien, haciendo de su inocencia una quimera, se entrega a los primeros besos que apenas rozándola, le ofrecen falsos universos.

Tan solo pedí un momento, un instante de tu pureza; y recibí más de lo que merezco

 

Dijiste que no sabes bailar, pero tu ritmo interno demostró que has mentido. En tu ritmo muestras la energía extraordinaria de tu alma; energía guardada para el ser que, tarde o temprano, te darás cuenta que has amado: energía guardada para ti.

 

Mar de Ilusiones en aquella mirada inocente y en aquellos besos candentes... Y tu alma creyendo que el amor no ha de poseerte.

 

Bartolo, E. (2001). En: Garabato. Lectura de Poesía del Taller de Poesía de la SOGEM, Puebla. Puebla: Publicación independiente.

 
Anterior

This free website was made using Yola.

No HTML skills required. Build your website in minutes.

Go to www.yola.com and sign up today!

Make a free website with Yola