“Promover el manejo responsable de los bosques con un acercamiento hacia la parte social, ambiental y económica”: Forest Stewardship Council FSC

 

Por Edgar Bartolo y Oscar García


“El Forest Stewardshio Council (FSC) en español Consejo de Manejo Forestal, es una organización internacional de miembros, sin fines de lucro”, declaró la lic. Carolina Hoyos Liévano, jefa de la Unidad de Comunicaciones y Marketing del FSC

 

            Su historia

Oficialmente creado en 1993 en Canadá, el FSC es una organización de miembros que son los que toman las decisiones. Existen alrededor de 540 miembros alrededor del mundo en 66 países diferentes, que se reúnen cada 3 años para ver el futuro de la organización y analizar el progreso que ésta ha tenido. También existen oficinas en 31 países, incluido México. A nivel mundial han certificado 30 millones de hectáreas; en el caso de México existen cerca de 600,000 hectáreas certificadas.

El FSC nace en 1992, después de la Cumbre de la Tierra de Río de Janeiro, cuando los comerciantes de madera vieron que no había una alternativa clara para rastrear si la madera era de fuentes legales o ilegales. “Se reunieron organizaciones no gubernamentales, ambientales y sociales, empresas para crear un sistema de certificación que les permitiera saber de donde viene la madera que usan, por medio de un etiquetado del producto”, dijo Carolina Hoyos.

En 1994 se abre la oficina internacional del FSC en Oaxaca con tres personas. Actualmente laboran en esas oficinas 28 personas. En Durango existe la Iniciativa Nacional del FSC, que es un grupo de voluntarios que se reúne para promoverlo.

 

Los Beneficiarios del FSC

Como primeros beneficiarios, Carolina Hoyos señaló que son los que adquieren el certificado (dueños de bosques: empresas, comunidades indígenas), que es como una garantía de que están manejando bien el bosque.

El Certificado garantiza al comprador y al vendedor que se está cuidando el recurso forestal, que no se están haciendo acciones ilegales, que se están cuidando los derechos de sus trabajadores (por ejemplo, que tienen un seguro social, un trabajo estable y armónico, que no emplean niños). En general, que existe una responsabilidad con el uso del bosque, con los trabajadores y con el medio ambiente.

Además, puntualizó que el Certificado trae como beneficio la apertura de mercados, ya que “en Estados Unidos y Europa, muchas compañías sólo compran madera certificada; no sólo madera transformada, también rollo, tablas”.

 

La Certificación

Existen diez principios que hacen el marco del FSC. También hay varios requisitos para la certificación, que dependen del país y la zona. Los encargados de hacer la acreditación son las Entidades de Certificación Acredita, que son independientes al FSC para evitar un conflicto de intereses. Los principios a evaluar son: que se respeten las normas o leyes nacionales e internacionales (principio uno), respetar los derechos de las comunidades indígenas (principio dos), que se respete la tenencia de la tierra (principio tres), esto por citar algunos. Cada principio da unas normas específicas.

También se pide que se respete el ecosistema del bosque, se les exige que haya un espacio separado como reserva, que haya fuentes de agua, que cuiden las especies existentes en su bosque. Así el comprador está seguro que el producto que compra no afecta ni al bosque ni a las comunidades que viven del bosque.

La certificación tiene un principio que es la Participación, es decir, todos tienen voz y voto: para hacer una certificación, tienen que hablar con la gente que está alrededor, con las ONG’s, el gobierno; en general con todos los actores que estén involucrados en la cadena forestal. Se destacó que la Certificación es un proceso democrático y voluntario, es decir, no se obliga a nadie.

“Muchas personas piensan que conservar es no tocar el recurso, sin embargo la gente, las comunidades, viven del recurso. Entonces, si de todas formas la van a utilizar, es mejor que la utilicen de una forma adecuada… Si lo manejan apropiadamente en ciclos de corte, van a tener siempre el recurso”, mencionó la Lic. Hoyos.

En Oaxaca hay varias comunidades certificadas: Uzachi, Sta. Catarina Ixtepeji, Ixtlàn, entre otras.

La certificación tiene costo, ya que en realidad se trata de una inversión.

 

La experiencia del FSC en México

Carolina Hoyos mencionó que en México el caso ha sido bastante especial porque las comunidades tienen una tradición forestal muy buena: “son muy conscientes del uso del recurso y tienen planes de manejo muy adecuados; tienen una consciencia social ambiental”. Señaló que un ejemplo que ha enriquecido el esquema de trabajo de la organización es que en algunas comunidades aún tengan un consejo de ancianos, porque “nosotros no queremos llegar y enseñar lo que se tiene que hacer; trabajamos participativamente con todos los involucrados”, dijo.

“Para nosotros la experiencia en Oaxaca ha sido muy bonita. Después de la historia de las papeleras que estuvieron por concesión y que prácticamente acabaron con los bosques primarios, las comunidades tuvieron un nuevo  proceso de apropiación de su tierra, de su bosque; se dieron cuenta que trabajando el bosque de manera sostenible, iban a tener un bosque para sus hijos y sus nietos en el futuro”, puntualizó.

También destacó que el FSC ha colaborado con otras organizaciones, siendo la principal la World Wildlife Found (WWF), quien ha promovido la certificación en esta parte del país.

Respecto a la tala ilegal, la LIc. Hoyos mencionó que es un problema mundial “que no se hace cortando la madera, sino que es ahí donde inicia la cadena que afecta no solo a las especies en extinción, sino que también a los mercados locales cuando una comunidad está trabajando legalmente, ya que la madera ilegal tiene un costo menor pero obstruye también todo lo que podría generar beneficio en una comunidad… Y se debe de encontrar una forma de detenerla, participando todos: las ONG’s, el gobierno, nosotros como consumidores”.

 

La Sociedad Oaxaqueña y el FSC

Como primera forma de involucrar a la sociedad oaxaqueña mencionó que las comunidades que posean bosques, adquieran el certificado del FSC.

También dijo “siempre necesitamos personas que nos ayuden a crear nuestras políticas, a desarrollarlas. Siempre se busca la cooperación de los actores involucrados en la cadena forestal, basada en la comunicación clara”.

Para conocer los resultados del trabajo del FSC, Carolina Hoyos nos sugiere que s evisiten las comunidades con bosques certificados, “para que se den cuenta de que esto sí funciona”. También mencionó que existe un proyecto llamado Historias Exitosas en Certificación, que promueve la certificación por medio de las experiencias, por ejemplo el caso de Michoacán, en donde existe un proyecto comunitario indígena.


                                  

Lic. Carolina Hoyos


El Defensor La voz de Oaxaca. Año II. No 46. 1ª quincena de Octubre del 2002. p. 7

 

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