Por Edgar BARTOLO RAMOS
“Es que aquí está difícil y la verdad yo quiero tener lo mío”… No sé cuántas veces haya usted oído la misma frase o algo parecido, lo cierto es que al menos en nuestro Estado es algo común.
Aquí habría que ver dos puntos:
1. La situación económica por la que pasa el país. Es muy cierto que ha habido mandatarios estatales que han hecho lo posible por evitar el rezago, pero dependemos de un sistema federal que, por la situación que fuere, no ha permitido que los ciudadanos comunes sintamos en nuestros bolsillos las mejoras de la economía; es más, ni siquiera hemos sentido una estabilidad.
2. Somos un país exportador… Principalmente de mano de obra. Por si usted no lo sabe, el dinero que recibimos de los paisanos que emigraron a los Estados Unidos, es la segunda fuente de divisas del país.
Aquí vale una pregunta: ¿Usted a quién contrataría, al trabajador o al flojo? Creo que la respuesta es obvia. Por naturaleza histórica los mexicanos somos gente que debe ser chambeadota, que se esfuerza por sacar bien un trabajo. Estoy seguro que sin mexicanos, la economía estadounidense se vería en serios problemas… Entonces, si tenemos el potencial, ¿por qué no crecemos?
Aquí algunos podrían decirme que a los EU les convienen tenernos subyugados. Otros podríamos decir que es por nosotros mismos, porque hemos mantenido a un sistema inservible, y no digo mantenido en el sentido de manutención, sino en el sentido de que nosotros somos los principales contribuyentes.
Muchos de los que se han ido al norte son gente realmente trabajadora, honesta, con muchas ganas de luchar, cosa que muchos no tenemos, pero sobre todo, gente a la que el “sistema” no le dio la oportunidad por no tener dinero o un buen padrino o, desafortunadamente, no pudieron aquí por ser honestos.
Hay otro punto de vista: “Si se fueron a otro país, es porque se rindieron”. Pero dígame, ¿en cuánto tiempo, con un sueldo de empleado, podría usted comprar su propia casa? ¿Acaso no se sentiría tentado por amistades que en menos de 10 años ya piensas en comprar una casa, siendo que en ese tiempo no tiene ni para el enganche?
Este comentario viene al caso porque en menos de una semana me enteré de dos conocidos que quieren emigrar. Uno de ellos un amigo muy querido, es un padre de familia trabajador y honesto, pero lleva años desempeñando un oficio que no le ha permitido cumplir con una necesidad como lo es tener casa propia. El otro caso es una conocida que ya debe casi un año de los pagos de su casa y que está a un paso del embargo; su esposo se fue hace unos meses a los EU y ahora ella quiere irse con la esperanza de tener mas dinero.
La problemática de los migrantes es algo que no es nuevo. Basta revisar la historia o pregunta en la familia para saber que nuestros abuelos estuvieron trabajando en el vecino país durante un tiempo.
Creo que este es un problema que se está recrudeciendo, no sé si sea porque conozco gente que no ha tenido una oportunidad para tener mejoras en su economía, o porque en general no se le ve un futuro aceptable a nuestra economía nacional, y como comentamos entre algunos amigos: “Apenas son dos de los seis años…”
EL DEFENSOR. La voz de Oaxaca. Año II. No 49. 1ª quincena de diciembre del 2002. p. 12
